martes, 23 de julio de 2013

Bolsa, timos y estadística

Cuando estudiaba matemáticas, en la asignatura de probabilidad y estadística de primero solían poner como ejemplo un sencillo timo en bolsa. El engaño era el siguiente: seleccionamos un gran número de inversores en bolsa (por ejemplo 1024), a continuación a la mitad le enviamos el Lunes una carta donde le decimos que durante la semana la bolsa subirá, y a la otra mitad otra carta donde le decimos que la bolsa bajará; a la semana siguiente, a los 512 inversores para los que hemos acertado les enviamos otra carta, nuevamente a la mitad le decimos que la bolsa subirá y a la otra mitad que bajará; a la semana siguiente, volvemos a hacer lo mismo con los 256 inversores para los que ya hemos acertado dos veces en nuestro pronóstico; al cabo de varias semanas nos quedarán unos 16 inversores para los que siempre hemos acertado; llegados a este punto le enviamos una última carta donde nos presentamos, les decimos cualquier parrafada de lo buenos que son nuestros métidos de predicción, y les ponemos como ejemplo las 6 semanas consecutivas que hemos acertado, y les decimos que si quieren la previsión para la siguiente semana nos tienen que pagar mil euros. Evidentemente, es difícil que alguien caiga en el timo, pero si lo organizamos a gran escala, empezando con 65.536 inversores y parando con 1024, a poco que pique uno de cada diez, tenemos un negocio redondo.

Este timo, que parece tan obvio, es utilizado habitualmente, por ejemplo, por los bancos: si preguntamos en un banco por un fondo de inversión rentable, seguro que nos muestran cuatro o cinco que nunca han perdido dinero; el cómo lo hacen es muy simple, se trata de abrir muchos fondos e ir cerrando aquellos que entren en pérdidas, de tal manera que los que queden tienen una rentabilidad continuada. También es un método utilizado por los gurús de la bolsa, en este caso el método consiste en hacer muchas predicciones cada día, y al día siguiente sólo recordad aquellas en las que han acertado.

Pero también se utiliza, y esto no es tan evidente, para el caso de los robots, o expert advisors, de trading automático. Ya que existen miles de robots funcionando, por pura estadística, algunos de ellos debe necesariamente ser rentables. Los vendedores nos muestran la rentabilidad pasada de dichos robots, y nos repiten una y otra vez que no se trata de "backtesting" o de rentabilidades en cuentas demo, sino de rentabilidades en real, como garantía de la eficacia del robot. Pero al igual que pasaba con nuestro timador de las cartas, lo normal es que estos robots, tarde o temprano, acaben abandonando la lista de robots con rentabilidades sostenidas en el tiempo, momento en el cual serán sustituidos por otros.

El que un robot haya tendio una rentabilidad sostenible en el pasado no quiere decir absolutamente nada, y por tanto, no debemos jugarnos nuestro dinero con ellos. Si queréis comprar un robot, seleccionar hoy un grupo de robots prometedores, seguir sus rentabilidades durante un tiempo prudencial, por ejemplo un año (el tiempo requerido depende de la frecuencia de las inversiones), y después decidir la compra.

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